No es la primera vez que el Santo Padre se refiere a temas económicos. En otras oportunidades, de hecho, hizo reflexiones sobre los peligros de un "excesivo apego" al dinero, a los bienes materiales y a todo lo que impide vivir con plenitud la vocación de amar a Dios y a los hombres.
Además, más de una vez llamó a una globalización "ética", y dijo que el capitalismo no es el único modelo válido de organización económica.
Luego de sostener justamente que la Palabra de Dios "es el fundamento de todo, la verdadera realidad", el Pontífice afirmó, en directa referencia a la crisis: "Debemos cambiar nuestra idea de que la materia, las cosas sólidas, para tocar, serían la realidad más sólida, más segura".
"Al final del sermón de la montaña, el Señor nos habla de las dos posibilidades de construir la casa propia: sobre la arena y sobre la roca", evocó.
"Sobre la arena construye quien construye solamente sobre las cosas visibles y tangibles, sobre el éxito, la carrera y el dinero. Aparentemente, éstas son las verdaderas realidades, pero todo esto un día pasará. Lo vemos ahora en el derrumbe de los grandes bancos: este dinero desaparece, no es nada. Y así, todas estas cosas que parecen la verdadera realidad sobre la cual contar son, en realidad, de segundo orden", agregó.